miércoles, 29 de enero de 2014

Más de lo mismo




De cuanto en cuando regreso a twitter a matar el mono de toros y de campo, de verano y plazas, de caricias de seda y faenas esculpidas en el albero. En busca del instante mágico, del recuerdo, de la afición, de la pasión, del veneno que nos sacude a todos los que amamos el mundo del toro.

De cuando en cuando pienso que existe un punto de encuentro, que todos somos conscientes del momento que vivimos, que en algún punto se impondrá la cordura y miraremos al futuro tirando del mismo carro.

Pero no. De cuando en cuando me asomo a la plaza imaginaria del mundo y veo más de lo mismo. Los mismos que nos echan de las plazas nos echan del twittendido o hacen de la pereza la consigna para no volver. Desahogados que le enseñan a las figuras cómo tienen que torear; talibanes que no conciben la fiesta más allá de sus gustos; faltones que piensan que sabe más aquel que más insulta; catedráticos de sillón que le dictan a los ganaderos cómo criar los toros en el campo. Comemeriendas que para ensalzar a unos pisotean a los otros. Envidiosos que si pueden te aplastan la cabeza porque eres más rubia o naciste más alto. Terroristas del android y de la tecla que vomitan sobre el vecino y sobre todo perro pichichi y se quedan tan anchos. Salvadores de la fiesta. Olé tus cojones.

A los figuras, porque son tramposos; a los modestos, porque son una mierda. A los anónimos, porque son cobardes; a los que dan nombre y apellido, porque son fantasmas y sólo quieren figurar. A los periodistas que viven de esto, porque son pelotas y no tienen ni puta idea; a los que medioviven engañados y no cobran, que son tuneleros; a los que están en la calle por cantar las verdades del barquero, que les mantienen a escondidas los de arriba; a los que no piensan como ellos, ignorantes y babosos. Tirios y troyanos zarandeando una nave que se hunde en una tempestad de largo recorrido sin que desde dentro del barco nadie haga nada por enderezar el timón.

Así nos va. Poniéndole puertas al aire. Acotando, tirando piedras contra nosotros mismos. Dándonos de leches por el minuto de gloria: yo sé más que tú. Como si no hubiera sitio para todos. A mí me caben los cárdenos y los coloraos; los que se fajan y los que se adornan; los de arriba y los de abajo; el norte y el sur; los silencios y los olés; el toro de Pamplona y mis añoradas tardes en El Puerto; mayo y Madrid, septiembre en La Glorieta. Admiro a los que paran el tiempo dibujando carteles y a los que me cortan la respiración con los cojones por delante. Artistas y gladiadores. Toreros todos. Escucho a los de la izquierda y a los de la derecha, a los que estaban y a los que van llegando. Respeto a todos los que se ponen delante, porque ellos son los que se juegan los muslos ahí abajo mientras los demás dictamos cátedra con el culo caliente en el tendido y el gintonic entre toro y toro. Sí, que soy de gintonic. De siempre. Mea culpa.

El debate es bueno, la crítica es buena y cada cual puede opinar y debe hacerlo, que para eso nacimos libres. Pero el debate no es la guerra, no es el "quítate tú para ponerme yo", ni la falta de respeto continua para defender lo que por encima de todo debiera ser un interés común, con independencia de los criterios de cada uno. Estamos en el mismo barco, o así lo entiendo.

Pero así nos va. Más de lo mismo. Matándonos de puertas adentro para que cuando entren en nuestro castillo redondo no quede vivo ni el Tato. Ya nos bastamos nosotros. Poniendo bombas bajo el tejado que nos acoge a todos, haciéndole más fácil el camino a quienes quieren terminar con una cultura milenaria y una pasión que, quiero pensar, debería unirnos, aunque cada uno la entendamos según nuestras sensibilidades. Por eso es arte, por eso es intangible y eterno.

De cuando en cuando me asomo y sólo veo, sólo leo más de lo mismo. Y me dan ganas de no volver más. Y mucha pena, porque pienso que nadie va a parar nunca esto, que estamos condenados a vivir a uno u otro lado de la frontera, la que separa a los salvadores de los apátridas. Y me siento en tierra de nadie, porque yo sólo quiero ser aficionada, porque sólo quiero mirar al futuro y mostrarle el camino a los que vengan y que cada uno crezca en la dirección que quiera, pero sumando.

Lo jodido del caso es que hoy todos vamos a estar de acuerdo porque pensaremos que estas letras van por el vecino. Por el que no tiene ni puta idea. Más de lo mismo. Más de lo mismo.

Así nos va. A hostia pelada. Tan mirándonos el ombligo que no necesitamos enemigos que vengan a cargarse esto. Ni figuras, ni empresas, ni prensa, ni antis, ni dios que los fundó. Ánimo, que vamos bien.



(La foto, de Las Ventas, es de cuadernosdeicaria)


miércoles, 16 de octubre de 2013

Un imbécil prohíbe la foto de un torero

En la vida se puede ser imbécil, muy imbécil, redomadamente imbécil y ya después, más allá del imbécil supino, el imbécil con eme antes de be, se puede ser alcalde de Barcelona.

Alcalde de Barcelona, sí, ese cateto fascistoide que ha prohibido la colocación de la cartelería de la exposición de los prestigiosos premios de fotografía World Press Photo porque tienen la foto de un torero. Esa es su libertad; ese el odio que le tienen a todo lo que represente cultura y tradición de los demás, de la tierra que pisan, por mucho que disfrazasen sus ínfulas nacionalistas de un animalismo suciamente utilizado con tintes políticos.

Yo, señor mío, le explicaría quién ese es torero que se ajusta la montera con un parche negro y el rictus aún desordenado en la boca, mirando al frente con un solo ojo, desafiando al futuro con tiritas en los dedos. Le diría que los laureles bordados en su traje verde son el símbolo del héroe. Que este torero es lo más próximo a un héroe del siglo XXI.

Le explicaría que mientras él se ajusta la montera yo me quito el sombrero por su ejemplo, su lucha, su fuerza de voluntad, su querer ser. Por la arrolladora personalidad que fascinó a un artista, Daniel Ochoa de Olza, que decidió seguirle con su objetivo por toda España. Un fotógrafo al que el imbécil del alcalde de Barcelona prohibe mostrar su obra, cercenando una vez más la libertad que nos asiste a todos los españoles.

No sé hasta cuándo, no sé hasta dónde el resto del país va a aguantar con el silencio de los corderos las impertinencias, los atropellos, las gilipolleces, las imbecilidades. El alcalde de Barcelona prohíbe la foto de un torero en unas calles más estrechas, menos libres, menos de todos. Fascismo.

Lo que nunca entenderá ese imbécil es que jamás podrá llegarle a la suela de los pies a ese hombre, a ese torero que se ajusta la montera revestido de los laureles del héroe. Por dignidad, por la emoción que aún me embarga cuando te recuerdo así, Juan José Padilla, verde esperanza, verde laurel, resucitando de entre los muertos en Olivenza, regresando a la luz del ruedo, al vértigo del toro, con un ojo cerrado para siempre y el corazón ensanchado de vida.

En las calles de mi alma tienes siempre tu casa.



(Y como a mi los imbéciles me la pelan, dicho en cristiano, cuelgo aquí la foto prohibida. La foto de un torero, el retrato maestro de Daniel Ochoa de Olza)

jueves, 26 de septiembre de 2013

A esta hora, ya sin horas

(A Paquirri, en el 29 aniversario de su gloria)

Era sobre esta hora, minuto arriba minuto abajo. Sabíamos que la muerte ronda las plazas, que cualquier día puede devenir en tragedia. Que esto no tiene trampa, ni cartón. Pero no podía ser. A él no. Tan tiarrón, tan poderoso. Tan torero. Tan tranquilo en mitad del caos como un Cristo Yacente en una carrera loca por el callejón, en directo, ante la mirada de un país incrédulo con los ojos cosidos a la pantalla y el corazón en un puño : "Haga usted lo que tenga que hacer". Mirando a los ojos a la muerte, como tantas veces, como en la foto en blanco y negro que ilustra esta ventana berrenda, con aquella mirada azul que era un continente en el que se refugió la mujer más salvajemente bella de España. Carmina. Hija de torero. Madre de toreros.

Era esta hora, minuto arriba, minuto abajo. Era una hora en la que daban igual las horas. Ya no había horas. Sabíamos que el tributo de la gloria es a veces la muerte, que el peaje de ser torero es la vida. Y luego la eternidad. Siempre. Pero a él no podía pasarle. Lo adoraban los aficionados por su poderío, mandó tarde tras tarde; lo adoraban las marujas de barrio enganchado del brazo de la Pantoja en las revistas de la peluquería. Lo adoraba el toreo, que sabía que era un dios de la guerra descendido a la carne, con los pies pegados a la tierra, con el que no se atrevía ni siquiera la muerte.

Podía haberse quedado faenando el atún de chaval en Barbate, pero le venció el veneno del toreo. Jodido veneno. Ahí plantado, macizo, rotundo, inquebrantable. A él no. Como una isla de calma en mitad de aquella tempestad de hombres, médicos y cuadrilla, los tendidos de septiembre que hubiesen dado su propia vida en Pozoblanco para salvar la del torero, el de la mirada azul.

Hace apenas unos meses me lo contaba el gran doctor Eliseo Morán, las lágrimas a flor de piel, el recuerdo tan presente; aquella impotencia de quien tantas vidas ha salvado, de quien ha suturado carreteras que escarban hasta el mismo alma de los hombres. Pozoblanco árido bajo el último sol, ya sin verano. Avispado maldito, antesala de la gloria de un torero sobre la sábana, horizontal, más allá de la vida, ya leyenda.

Aquella tarde, aquella noche que le marcó una cruz en el calendario, una cruz sobre la tierra, una puñalada, y luego la nada, esa sensación indefinida al irnos a la cama, el sentido tan nimio de la vida, el instante, esa incredulidad, esa certeza de que el toreo es mucho más grande que una tarde de clarines y timbales, más cierto que la sangre, más milagro que todos los versículos de la Biblia. Tan al límite.

Podía pasar. Pero a ese tío no, mientras España lloraba tras los cristales inabarcables de una viuda de luto riguroso y desmayado cuyos ojos amasaban las lágrimas de millones de ojos.

26 de septiembre, sin relojes, ya sin tiempo. Ese día mi generación entendió de golpe lo efímero de la vida, lo eterno de la gloria. Paquirri estaba muerto.Podía pasar. Pero a él no.

Y sobrevino la madrugada. Aquella madrugada sin luna, más allá de la ficción. Esta vez había pasado. A estas horas, minuto arriba, minuto abajo. Francisco Rivera Paquirri entraba por su pie, seda y oro, la mirada azul, en la gloria.




(Hoy, 26 de septiembre, veintinueve años después, el Congreso ha debatido la ILP Taurina para declarar los Toros Patrimonio Inmaterial Cultural. A la memoria de todos los que honraron el toreo con su vida, lejos del maniqueo político y la prostitución de la palabra para arañar unos votos de aquí y allá. Déjennos en paz con nuestros héroes y nuestra memoria)


martes, 24 de septiembre de 2013

#BARCELONATAURINA



Se cumplen dos años del cierre totalitario de la Monumental de Barcelona. Hoy lanzamos un mensaje unitario en defensa de algo que es evidente y que nunca nos debieron arrebatar:
#BARCELONATAURINA.

En un hecho histórico de unión taurina, más de 60 blogs y web, reivindicamos un derecho como es el de la libertad de ir a los toros en Barcelona.

HISTORIA 

Barcelona está unida a la tauromaquia y eso es algo que nadie puede esconder. Sólo hay que repasar la historia de la mano de José Morente (http://larazonincorporea.blogspot.com.es/) e irnos de su mano a una corrida de toros en Barcelona. Eran 3 las plazas de toros que llegó a tener la ciudad condal. Hoy vamos a una corrida en 1912 en Las Arenas:





Barcelona. 9 (12,30 de la mañana)

El ambiente para la corrida de la tarde es sensacional. El festejo ha sido organizado por el aristocrático Círculo Ecuestre que reúne a lo más granado de la Sociedad catalana de la época.
Como además el fin es benéfico (para los damnificados de la guerra del Rif) y asesora a las Presidentas honorarias el simpar Guerrita, toda Barcelona se ha dado cita en la plaza en la que seguro no cabrá un alfiler pues se espera un llenazo.

Guerrita muy bien acompañado como se suele decir por las presidentas de honor a las que asesoraba: Las señoritas Josefina Julia, María Desvalls, Inés Sagnier, Mercedes Bosch, Manolita Ricalt, María
de Sentmenat, Mercedes de la Riva e Isabel de Satrústegui.

Barcelona responde y así recibe a Guerrita. En Las Arenas no cabe un alfiler.


EL TOREO Y LA ECONOMÍA. SIN RAZONES PARA EL CIERRE.

El cierre de la Monumental de Barcelona estuvo plagado de mentiras. Nadie mejor que el profesor Juan Medina en su estudio "Barcelona: la posibilidad de una isla" ha desmontado uno a uno los mitos de un cierre totalitario y sin sentido. De lectura obligatoria su blog Tauroeconomía http://escalafon.blogspot.com.es/

1- Contra el rumor generalizado de que cada vez se celebran menos toros en Barcelona

Aquí demuestra cómo la reducción de festejos en Barcelona va a la par con el resto del país.
2- Contra el rumor interesado de que nadie va a los toros en Barcelona Monumental de Barcelona -
Aforo: 19.582 espectadores   
Temporada 2010 - 18 festejos mayores
Entrada total: 129.000 espectadores
Entrada media: 7.200 espectadores
Entrada máxima: 14.700 espectadores (18 de julio: Fundi, Juli y Manzanares con toros de Victoriano del Río)

Espectadores por festejo: 5.900 4.900 4.900 6.500 9.800 4.900 9.800 14.700 9.800 6.500 4.900 4.900 4.900 4.900 f4900 4.900 9.800 11.750

En el estudio amplía los datos al año 2009 y hace una esclarecedora comparación con el basket.

3- Contra el rumor -paradójicamente tomasista-de que sólo José Tomás garantiza la rentabilidad de los toros en Barcelona. No sólo José Tomás es rentable allí.
Para finalizar deja claro el impacto económico de los toros en Barcelona para su economía:


Una demostración clara de la realidad de un cierre totalitario. El estudio completo pueden encontrarlo en escalafon.blogspot.com.es/2011/06/toros-en-barcelona-la-posibilidad-de.html . 

EL TOREO EN LA MONUMENTAL (DATOS)

Es imposible repasar 100 años de toreo en La Monumental en pocas líneas. En su ruedo se han visto triunfos, sangre, gloria y dolor han ido de la mano. Unos datos sobre la plaza y el toreo allí pueden resumirse de la mano de Datoros.com: http://datoros.com/

Cataluña fue la Comunidad autónoma que MÁS FIRMAS recogió EN TODA A ESPAÑA a favor de la ILP Taurina

Lluis Companys, líder de ERC y presidente de la Generalitat, presidió festejos taurinos en Barcelona y Sevilla

Potrico, de Pablo Romero, fue el 1º TORO INDULTADO en La Monumental. El festejo se suspendió al no querer entrar al corral

Si se juntaran todas personas que votaron al PACMA en Barcelona en las elecciones de 2012, NO LLENARÍAN la Monumental

Desde el año 2000 se han indultado en Barcelona cuatro toros. Finito de Córdoba a Zafiro de Torrealta (2000), José Tomás a Idílico de Núñez del Cuvillo (2008), Miguel Tendero a Rayito de Valdefresno (2010) y Serafín Marín a Timonel de Jandilla (2010).

Núñez del Cuvillo es la ganadería a la que más orejas han cortado en La Monumental en todo este siglo, seguida de Domingo Hernández – Garcigrande y Juan Pedro Domecq – Parladé.

En el año 2000 se celebraron en La Monumental  23 festejos taurinos. En 2011, última temporada en la que hubo toros, la cifra bajó a 16 festejos.

José Tomás es el torero que más veces ha cortado las dos orejas a un toro en Barcelona durante todo el siglo, seguido de El Juli y Serafín Marín. Entre los rejoneadores, Diego Ventura es el torero que más veces lo ha conseguido.

Alejandro Talavante ha toreado ocho corridas en La Monumental de Barcelona. Nunca ha cortado una oreja en esta plaza, en la que no toreó en la última temporada antes de la prohibición.

José María Manzanares es el último torero que logró cortar cuatro orejas en una misma tarde en Barcelona. Además, es la plaza de Primera Categoría en España en la más ha salido a hombros en toda su carrera.

El último torero mexicano que cortó una oreja en La Monumental fue Joselito Adame en 2009 a un toro de San Miguel. El último azteca que toreó en Barcelona fue Arturo Macías en 2010.

La última Puerta Grande que consiguió César Rincón en España fue en La Monumental de Barcelona en septiembre de 2007. Fue su última corrida en Europa antes de su despedida y paseó tres orejas de un encierro de Núñez del Cuvillo.

Enrique Guillén es el último torero que tomó la alternativa en La Monumental. Fue un cartel internacional, con el colombiano Luis Bolívar como padrino y el mexicano El Payo de testigo, el 16 de agosto de 2009.



LA FUERZA DE LA UNIÓN. BARCELONA VUELVE A TENER VOZ.

El pasado día 19 de Septiembre, el grito de #BarcelonaTaurina sonó más fuerte que nunca en las redes sociales. En un acto a repetir de unión entre aficionados y profesionales del toro, se logró ser TT:



UN CANTO A LA LIBERTAD Y UN EJEMPLO DE LA FUERZA QUE TIENE EL MUNDO DEL TORO CUANDO SE UNE.

 BLOGS Y WEBS QUE SE HAN UNIDO:


AJTE
AMBITOTOROS
ARTETRASELOBJETIVO.BLOGSPOT
ASOCIACIÓN TAURINA DE CANTABRIA
BAILE DE CORRALES
BANDERILLAS NEGRAS
BASMALA (SILVIA BARCA)
BASTONITO
BERRENDITA
BLOG DE TAUROMAQUIA
CADILLACMURCIANO.BLOGSPOT
CASTA Y BRAVURA
CERO COBAS
CORNADAS PARA TODOS
CRISTINA PADÍN
CUADERNOS DE TAUROMAQUIA
DATOROS
DE MANO BAJA
DESCABELLOS BLOGSPOT
DESDE EL TENDIDO DOS
DESDE LA ALCARRIA
DE TOROS
DETOROSYMÁS
DIVISIÓN DE OPINIONES
EL CALLEJÓN.TV
EL DOCTOR 2
EL ESPORTÓN
ELITE TORO
EL LIBRO DE SUE
EL LIBRO DEL ARTE
EL TORO DE CENICIENTOS
EL TORO DE LA JOTA
EN BARRERA ISA MOLINA
ENTRE ARTES
ENTRE EL CAMPO Y LA PLAZA
ENTRE MUSAS Y ARREBATOS
ESCALAFÓN JUAN MEDINA
FERIA DE PERALTA.BLOGSPOT
FOROTOROS
FORO JUVENTUD TAURINA
FOTOS PASQUINA BLOGSPOT
HAGAMOS AFICIÓN
JOSÉ MANUEL SERRANO
JOSÉ LUIS CANTOS TORRES
LA NOSTALGIA DE LA TAUROMAQUIA
LA RAZÓN INCORPÓREA
LA SUERTE NATURAL
LAS COSAS DEL TORO
LETRAS TAURINAS
NOVILLADAS SIN
PABLOLR89
PÉREZ ALARCÓN
PICONERA SEVILLA
POR EL PITÓN DERECHO
POR LA PUERTA GRANDE
POR SIEMPRE TOROS
PORTALTAURINO
PUERTA GRANDE DB
REFLEXIONANDO A LA VERÓNICA
RTVTOROS
SANDRA CARBONERO
SINTIENDO EL TOREO
SINTORONADA
TABACO Y ORO
TLAXCALATAURINA
TAUROPHILOS
TENTAZERO
TERCIO DE QUITES
TERCIO DE VARAS
TLAXCALATAURINA
TODO TOROS
TODO TOROS NOTICIAS
TOREANDO EN LA PORTÁTIL
TOREAR BLOGSPOT
TOROS BARCELONA
TOROS GRADA SEIS
TOROS EN MELILLA
TOROS EN PUNTAS
TORO O NADA         
TOROPRENSA.COM
TOROSSIGLOXXI
VALDEBRAUS


domingo, 22 de septiembre de 2013

Les envidio


Les envidio. Se sientan a tu lado, compartiendo apreturas, y en seis toros te cuentan su vida. Te invitan a una pinta de vino y al chorizo de la última matanza. Te cuentan que les gusta desde niños, que sus padres los llevaban a los encierros, que echaron los dientes junto a la tapia; que en la fiesta grande no pueden faltar los toros. Que Juli puede con todos. Que Perera anda que se sale. Que vaya huevos le echa el pirata Padilla. Que a Talavante le ha dado por cantarle a los toros y forma el lío. Que a Fandiño los cojones le hacen surcos en la arena. Que Morante doblega a los vientos y es de otro planeta. Que les jode no ver a José Tomás. Que el pequeño de sus chavales quiso ser torero pero no tenían cuartos y se quedó en el campo cosechando.

Y aunque cuando ven que tomas nota piensan que sabes más que ellos, les envidio porque ellos ven los toros de una manera transparente en este tinglado indecente en que los estamos convirtiendo.

No tienen internet, ni Facebook, ni twitter. No conocen los blogs, ni las web, ni compran revistas de toros. No nos leen. Ven el Plus en el bar, el solysombra en la copa, y cuando llega la feria tiran de billete y vienen a la capital a chupar calor al tendido, puro en ristre. Ni toristas, ni toreristas. Les gustan los toros, sin más. Aman la fiesta; no son salvadores de nada.

No conocen las miserias de los despachos, la basura de la trastienda, los vetos, las putadas, los pulsos. Les gusta la grandeza de una tarde de toros, la seda y el oro, el rito, el runrún en el aire, la emoción, el sonido de los clarines, el secreto de la puerta de toriles, la verdad de los que se ponen delante y se pasan los pitones por los muslos y por el vientre.

No saben de la usura de las cifras, tanto pa tí tanto pa mí, como aquellos que se jugaron a los dados la túnica de Jesucristo. No conocen los entresijos envenenados de la fiesta. Esta fiesta que torea de espaldas a ellos. Ni falta que les hace. Se la traen al pairo en un país donde todo dios está en la calle y no llegan a fin de mes; donde cobran una pensión de mierda que les da para un descuento en los abonos. Si supieran más, les parecería obsceno hablar de cifras que ellos no han juntado en toda su vida. Paganinis.

No saben del fango que ensucia esta pasión que les cala hasta los tuétanos; de las vendettas, filias y fobias, conmigo o contra mí. Y leña al mono al que se mueva, al que vaya de por libre. No saben de estómagos agradecidos, ni de cabronadas legales en letra pequeña, ni de pliegos, ni de esas cosas que deberían quedar de puertas adentro y salen catapultadas en una competición frenética de ego, a ver quién dispara primero en público.

Estarán ahora de partida; el solysombra en la copa, el tapete verde, las fotos de mil toreros en las paredes. Mus. Lo mismo andan viendo al Molés, sí hombre, el del bigote. O se han venido a Salamanca en el día del patrón.

Llegarán, se sentarán a tu lado. Lo mismo no saben ni quién torea, si va de caballos o a pie. Pero les gusta, sea el que sea y así honran a los que hicieron eterno el toreo. Lo llevan dentro, desde niños, si se criaron en los teleclubs que consagraban toreros en blanco y negro y baile vermouth después de misa.

Compartirán apreturas; te invitarán a la pinta de vino y el chorizo. Vivirán con emociones encontradas sus toros, comentarán los lances, los quiebros y las banderillas con la sabiduría sin carné que da la intuición y seguirán sustentando la afición a su manera, lejos de esta vorágine que salpica al toro desde dentro y lo mata sin necesidad de antis. Y vivirán más tardes así, con esa chica rubia que les tocó al lado con una libreta o aquel periodista que escribía con el móvil entre toro y toro. Gente que debe saber la hostia de esto. Gente leída.

Ellos nunca lo sabrán. Pero yo les escucho y aprendo y me emociono. Les envidio.

Felices ellos, el último reducto de pureza que nos queda.



(El cuadro es de Jesús Villar. Último artículo de la Feria de la Virgen de la Vega publicado ayer en la revista Lances de La Glorieta, que es un recordatorio de otro escrito bajo este mismo epígrafe inspirado en cualquier día de toros y de fiesta. Esta fiesta que torea de espaldas a ellos...)

lunes, 16 de septiembre de 2013

Tiene que ser


Cartel de postín, de figuras. Cartel de ferión en lo que nunca debió dejar de ser un ferión, si Salamanca es la tierra natural del toro por excelencia. Gente guapa en los tendidos, taco en el bolsillo, perfume caro en los bolsos. Domingo sin cemento bajo el sol, mal aparcar en las inmediaciones de La Glorieta. Runrún de ida y vuelta, tumulto, la vida que fluye en torno a una plaza de toros en una tarde de expectación. Hoy tiene que ser.

Cartel de postín, de figuras. Aficionados de siempre, aficionados de pose. Tres figuras; tres hombres que marcan distancias con la mayoría: Hermoso, que convierte a sus caballos en toreros, que hace verdad el toreo a caballo. Manzanares, que sabe a fruta fresca, que torea con estética y empaque, hermoso como un atleta envuelto en la seda, como un dios al que revestir de filigrana para ofrecerle el cielo por si le da por tocarlo. Talavante, que es un pirado de la cosa, más allá; un enamorado del toro, que se inventa genialidades en la arena y que lo mismo torea por bulerías que canta toreando o se saca unos naturales sobrenaturales como aquellos naturales eternos que pegó en Zaragoza, que aún no se han terminado.

Cartel de figuras. Gente guapa en los tendidos. De gintonis roneando las gargantas. Esos gintonis que son como banderas vaticanas en vasos de plástico santificando la fiesta. Pijerío y aficionados de a pie. Entendidos de nuevo cuño y sabios que dictan lecciones de vida desde el silencio. El milagro del mestizaje, arriba y abajo, sombra y sol, barrera y andanada. Los móviles ardiendo. Twitter escupiendo la tarde minuto a minuto en 140 caracteres. Apretones de manos antes del paseíllo. Una firmica por aquí. Reencuentros, idas y venidas. Gentío en el patio de cuadrillas, revuelo en la puerta. Que llega fulano. Foto al canto. Los rezos en la capilla. Tarde de toros. Hoy tiene que ser.

Color sobre el cemento y color en las billeteras. Tela. Alegría. ¿Quién dijo crisis?. Bolsos de capote, pulseras bordadas en oro, alamares. Melenas brillantes, gafas de sol de actriz de los sesenta, pantalones y corbatas imposibles, talibanes siguiendo a sus ídolos como seguían a Cristo los apóstoles. Agosto de cacahuetes y cocacolas por los tendidos. Escotes en los que asomarse a un continente, gomina a tutiplén, taconazos, abanicos, pañuelos en el bolsillo. Alegría. Expectación y esperanza. Jóvenes en busca del milagro, ávidos de ver, de saber, de sentir; cabales y escépticos, niños que sueñan el toreo; ancianos que añoran; novatos que no saben que hoy, precisamente hoy, pueden quedarse atrapados para siempre en este veneno, en esta sed que ya nunca se apaga. En esta fiebre que no se cura. El toreo.


Cartel de postín. Hoy vienen las figuras. Color en los tendidos. Domingo de toros en La Glorieta. Gloria de domingo en esta tierra de toros. Tiene que ser.

(Artículo publicado hoy domingo en la revista Lances, que se reparte en La Glorieta. La foto, íntima, preciosa, es de Juan Pelegrín. Una figura de la cámara)

domingo, 15 de septiembre de 2013

De madera de roble


A Castaño, de tanta sequía, de tanta sombra, la madera se le volvió de roble. Fuerte como un roble. Tanto, que se encerró con seis de Miura y salió tocando el cielo del coliseo romano de Nimes, donde hace siglos los hombres se batían contra los hombres para salvar o para perder la vida, gladiadores contra gladiadores, cara o cruz.

Fuerte como un roble. Fuerte hasta el punto de medirse con los más fuertes tarde tras tarde. Los hierros más duros, los nombres de la leyenda, esos que algunos pronuncian con miedo, esos que otros no quieren ni ver. Fuerte. Fuerte hasta el punto de hacer de su cuerpo un mapa de cornadas y contusiones y volver a ponerse en pie para seguir sumando tardes sin volver la cara, sin dejar en blanco tardes marcadas en seda y oro en su calendario. Ni un paso atrás. Por los días de sequía y de sombra. Por aquellos días que le volvieron la madera de roble, sin  enmendarse, vertical.

Fuerte como un roble y generoso como los árboles que dan fruta sin importarle quién quiera calmar su hambre a mordiscos. Generoso con la estirpe del toro, luciendo su galope cuando va al caballo, recuperando lo que siempre fue la suerte de varas, allá donde se medía sin simulacros la bravura, el empuje, los riñones apretados, las ganas de más pelea cuanta más pelea encuentra, creciendo cuanto más crece el castigo. Generoso donde los demás son cicateros. Cuadrilla de oro de hombres de plata, plata de ley, a ley, las plazas en pie, la ovación a los que siempre quedan en la trastienda.

A Castaño de tanta sequía, de tanta sombra, la madera se le volvió de roble. De una sola pieza, inquebrantable. Entero, íntegro, masticando despacito los días de triunfo después de apretar los dientes contra el polvo sin morderlo y crecer, madurar en el silencio, en los días de olvido y soledades, que son necesarios para conocer después la alegría y la gloria, para separar el grano de la paja, los palmeros de los amigos, los que siempre estuvieron de los que se suben al carro de los caballos ganadores.


Castaño se hizo fuerte como un roble. Y se mide con los más fuertes, con toreros que tienen madera de torero, madera fuerte de roble que no se astilla entre las astas de los más fieros. Y si se astilla, se recompone. Y sigue creciendo, sin sombra y sin sequía, de poder a poder, con los pies clavados en la tierra, que es donde hunden las zapatillas los hombres cabales, los que de cuando en cuando rozan lo alto y saben de su valor porque también han apretado los puños llenos de arena. Como un roble de raíces profundas que roza con sus hojas altivas la frágil línea donde comienza el cielo.


(Artículo publicado hoy en la revista Lances, que se entrega en La Glorieta. La foto es de la mirada mágica de Juan Pelegrín)