viernes, 4 de junio de 2010
Sonríe junio en tu capote
Sonríe junio, desperezándose en el capote mágico de Morante como quien despierta del sueño de la muerte, del tedio de las tardes sin alma, de los toros sin casta, de los toreros sin sombra.
Sonríe junio en la liturgia más pura, la verónica bendecida en el aire que detuvo el tiempo a su capricho, Madrid enloqueciendo, recitando con voz ronca, asintiendo al imposible que se hizo posible esculpido en el albero.
Morante sobrevolando los sueños, adivinando las palabras y el verso antes de ser dichos, consolando el maltrecho orgullo de una plaza con la emoción mermada en tantas tardes de silencio, en tantas muletas sin memoria, en tanta promesa sin flor.
Sonríe junio y casi no se lo cree, si Morante vive siempre al filo del milagro, si es el tributo de los dioses descendido a la arena, carne inmortal de la gloria cuando se posa sobre el instante. Unos segundos apenas, la eternidad cosida a los vuelos, pañuelo de seda envolviendo veintipico mil almas sin arrugarse, la chicuelina abrazando al mundo,el mentón escarbando el pecho, buscando el latido, sosteniendo la boca impenetrable, labios que citan como besos, locura, precipicio de silencios y sabiduría.
Sonríe junio desatando por su mano la maravilla de lo no creado, inspiración que no duele pero abrasa de pura belleza. Sonríe junio en las manos rotas, en las gargantas tronando, en la pleitesía de una princesa a quien no se sabe, no se dice, rey ungido en el óleo de la media a la espalda, belmontina.
Sonríe junio en las tres sílabras de tu nombre, Morante, tres poemas, tres agujas, tres caricias, tres vidas después de la vida para saberte, para creerte, para recitarte en voz baja como quien reza a escondidas.
Sonríe junio en tu capote eterno, Morante. Sonríe junio tras tus pasos, encendiendo en oro y verano al mismo sol.
(Para mi amigo José Luis, desde la emoción compartida. La foto, eterna, es de Juan Pelegrín)
GRACIAS, Berrenda. Tú sabes que a algunos nos hacía falta el viento de Morante pa respirar. Y lo levantó con el vuelo de su capote. Ahora, la media abrochada a la espalda con los pitones en el cogote y los pies como dos columnas corintias es pa volverse loco loco, y en vez d darnos aire nos dejó sin aliento...joputa cuando kiere... BESOSSS
ResponderEliminarLEAL A UCEDA
Nadie como tú, Berrenda. Si el maestro leyese tus letras, pensaría lo mismo que tú escribes de su capote: que son mágicas.
ResponderEliminarAbrazos desde tu Cái.
Buffffffffffff, Con la emoción que senti al leerlo anoche no vi lo ultimo.
ResponderEliminarMuchísimas Gracias. De todo Corazón soy un apasionado de tu prodigiosa y genuina pluma. Es todo un hornor que en una tarde asi te hayas inspirado con nuestro torero y te acuerdes de mi. Gracias. Yo Tambien tengo un Regalo para ti.
Mil Gracias de todo corazón
La semana pasada, leía a David, en su Verde y Oro, donde, viendo la faena de Nimes, rememoraba un poema de Gerardo Diego, para Rafael "el Gallo", y yo me preguntaba..¿quién trovará a Morante?.....¡¡¡Tú, Berrendita, sensibilidad hecha palabra!!!!.Gracias, gracias.
ResponderEliminarUn abrazo
Esto es preciosidad, esto es la belleza de la vida, esto es la sensibilidad que renace de la pureza... Gracias por asomarnos al balcón de las emociones.
ResponderEliminarLEAL A UCEDA: GRACIAS a tí, a todo lo que nos une. Morante nos dejó sin aliento, nos robó el aire y nos dejó la sonrisa de junio, eterna, en su capote. Mil besos, por tanto.
ResponderEliminarAnónimo: si tu abrazo viene desde mi Cái, no puede ser malo. Gracias por venir, gracias por leerme así. Un abrazo.
José Luis: si alguien hay con la emoción a flor de piel, ese eres tú, tus sentimientos y esas locuras que compartimos, que son unas cuantas. Morante sabe mucho mejor cuando se pronuncia en tu nombre. Un beso, amigo.
Lucía: gracias, gracias, gracias. Yo no sé si podré trovarlo. A veces, incluso, me roba las palabras. Y yo las busco, y siempre las encuentro mecidas en los vuelos de su capote. ¡Qué grande es! Un besazo.
Lamborghini: bienvenido a tu casa. También tú tienes un mirador mágico al que da gusto asomarse. En este balcón, siempre tienes hueco. Un beso.
Gracias a Jose llego hasta aquí para decir que llevo toda la semana buscando las palabras para contar lo que pasó la otra tarde en Las Ventas y de repente las he encontrado todas juntas y en armonía. Así que sólo se me ocurre añadir: ¡Oleeeeeeeeeeeeee!
ResponderEliminarDavid: bienvenido. Mil gracias. Hago tuyas mis palabras, para que siempre las tengas a mano, aunque creo que ni aún así somos capaces de contar todo lo que pasó esa tarde. Un abrazo.
ResponderEliminarY no me canso de leerlo!!
ResponderEliminaruna y otra vez... y no me canso...
Lamborghini: y no se cansó junio de sonreir en su capote. No te canses de recordarlo. Un beso. :)
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