Quienes me conocen saben que siempre he defendido el talante abierto y tolerante de Paco Guarido, alcalde de Zamora, único alcalde de IU en una capital de provincia, quien accedió a la Alcaldía tras muchos años de oposición y trabajo casi en solitario y se ganó a los zamoranos a pie de calle, pateando, trabajando, más allá de siglas e ideologías.
Todo esto viene al caso porque, si hablamos de tolerancia, o para el Ayuntamiento de Zamora los aficionados taurinos somos de Marte, y no zamoranos, o con el dinero de todos (y de la propia empresa que organiza la feria, Circuitos Taurinos, que ha insertado publicidad en el folleto) se han editado miles de programas de fiestas en los que se omite de forma deliberada la Feria Taurina de San Pedro, incurriendo en un agravio comparativo inadmisible con el resto de nuestros vecinos.
Las fiestas de San Pedro, de mi ciudad -soy taurina, soy zamorana, no soy de Marte- se basan tradicionalmente en su Feria de la Cerámica, la Feria de Ajo, el Festival Flamenco y su feria taurina, ciclos que siempre aparecen en su programación. Siempre.
Pero los 20.000 zamoranos que el año pasado pasaron por taquilla convirtiendo la feria taurina de Zamora en la actividad con mayor asistencia de cuantas se organizaron en las fiestas de 2016 deben ser de Marte para el alcalde y su equipo cuando no tenemos derecho ni a saber el día ni la hora de los dos festejos programados el 29 de junio y 1 de julio (dos cartelones, por cierto), mientras el resto de eventos (algunos organizados por el Ayuntamiento y otros por empresas y asociaciones privadas, como ocurre con los toros) aparecen religiosamente en sus días y sus horas.
El Ayuntamiento de Zamora discrimina así una vez más a los miles de aficionados taurinos que nada le piden (la feria no recibe subvención de ningún tipo y la propiedad de la plaza es privada, aunque nos toque aguantar la consabida coletilla de "no con mi dinero"), pero que tienen el mismo derecho de los demás a ser informados en la programación que pagamos todos de los festejos que quieren ir a ver y que no tienen por qué depender de los gustos personales del alcalde o concejal de turno.
Respeto que al alcalde y a todo su equipo de Gobierno le guste todo, todo, todo: karaoke, concurso de besos en la calle, zumba, rock duro, zarzuela, deporte y todo tipo de espectáculos entre los que el ciudadanos pueda elegir, pero detesto ese doble rasero con los toros, un espectáculo legal y protegido culturalmente que sigue atrayendo a miles de personas que además tenemos que aguantar manifestaciones autorizadas de cuatro gatos llamándonos de todo menos bonitos cuando accedemos a la plaza. Cuatro gatos que los medios convierten en noticia cuando en la plaza de toros hay una media de ocho mil personas que han pasado por taquilla.
No sean taurinos, no acudan a la plaza, pero respeten a los miles de zamoranos que sí lo hacemos, que pagamos en Zamora nuestros impuestos y que contribuimos con ellos a editar los miles de programas de las fiestas en los que nos han borrado por el artículo 33. O, lo que viene a ser lo mismo, por los santos cohones de quien lo edita,, que no debe ser de Padilla, de Paquirri, de Ferrera, de Ventura, de Talavante o de Roca Rey. Ferión.
Que somos de Zamora, que no somos de Marte, y merecemos un respeto y una igualdad de trato por parte de un Ayuntamiento que tantas veces presume de libertad, convivencia y tolerancia, aunque en materia taurina haga aguas por todos los lados.
(Ay, dónde quedará aquella libertad sin ira...)
(Ay, dónde quedará aquella libertad sin ira...)
Así no.