viernes, 9 de julio de 2010

Descansa, joven Izán


Sé, joven Izán, que las palabras se las lleva el aire. Que sólo nos sobrevive la memoria, la sangre y el duelo, el corazón partido de quienes nos aman, las lenguas que nunca más han de decir nuestros nombres.

Has muerto en la tierra saucana, prendido en las astas que dictan la muerte en cada esquina, que la pregonan de forma sorda e insondable. Has muerto joven, fuerte, en la flor de la vida, como aquellos héroes que se enfrentaban a las bestias para pasar de la infancia a la madurez, de ser niños a ser hombres.

Allí, junto a la ventana enrejada que iluminan las velas como plegarias en la noche, queda para siempre la letanía de la duda que una y mil veces rezarán las voces de quienes te conocieron, de quienes no te conocimos y aún hoy nos preguntamos si las cosas hubiesen podido ser distintas, el por qué estabas en el momento equivocado, en el sitio equivocado, o si simplemente la felicidad efímera en aquella madrugada era correr ante la cara de un toro, como hicieron tus ancestros por esas calles donde se posa el verano sin misericordia.

Sé, joven Izán, que estas palabras también se las llevará el viento aunque las cosa a esta ventana berrenda con las lágrimas que he llorado por tus veinte años que no serán, por la vida que se fue quebrando en las puntas envenenadas de un toro de bravura. Porque la muerte siempre es la cruz, la muerte siempre llama a la muerte, y convoca al silencio, y nos deja un vacío en el estómago, y en las manos, y en el pecho, y nos ahueca, y nos desborda.

Descansa en paz, joven Izán. Sobrevuela cada mes de julio la villa de tus ancestros y protege, desde lo eterno, a nuevos mozos de la tragedia contra la madrugada. Porque tú ya eres la vida, inabarcable, rabiosamente joven, en el corazón de esta tierra que ya siempre te guarda en su vientre.

(Hace una semana, el joven Izán Tejero fallecía en las calles de Fuentesaúco en el encierro de la madrugada. Ésta es para él. La foto es de José Luis Leal).

6 comentarios:

sentimientos y locuras dijo...

Olé, como siempre me quito el sombrero Ana. Que manera mas bonita de relatar lo tristemente sucedido. Ojala llegue a manos de su familia y puedan disfrutar de tu obra de arte.
Precioso.

Anónimo dijo...

Admiro esa capacidad que tienes para contar de una forma tan bonita incluso las cosas más tristes. Es una maravilla encontrarse con páginas asi en el mundo de los toros y con gente que derrocha sensibilidad como tu lo haces. Gracias por tu blog.

Lamborghini dijo...

Qué honestidad en tus palabras, que belleza para describir una tragedia tan terrible...
Sí, ahora el joven Izan está allí arriba, en la sala de los que no dudan en ofrendar su alma al todo poderoso, para honrarlo, para honrarse...
Sí, para mí es muy digno morir por afición...
En Euskera, Izan significa "Ser"...
Izan ha sido un elegido... un elegido que ofreció su alma a Dios.
Gracias Berrendita, es precioso...

Ana Pedrero dijo...

Jose: gracias siempre por tus palabras. Aunque la tragedia del joven Izán nos deje sin palabras, creo que es bueno recurrir a las palabras para consolar en estos momentos tan duros. Un beso.

Anónimo: gracias, de verdad. Gracias a tí por pasar por aquí, para eso estamos. Un abrazo.

Ignacio: no sabía que 'Izán' significa 'ser', pero sí te digo que cada año, cuando llegue julio y los toros vuelvan a las calles de Fuentesaúco, Izán será, estará, siempre, siempre. Un beso.

El Coronel dijo...

Berrendita, como puedes escribir tan bonito, lo que es feo y triste.?
lastima que el joven Izan no pueda leerlo, pero cmo han dicho, ojala lo pueda leer su familia y amigos, seguro que seraun gran alivio.
Besos
Salud

Ana Pedrero dijo...

Coronel, no sé si es bonito, pero está escrito desde la emoción más profunda, desde el dolor y desde la esperanza, porque yo creo que somos mucho más que piel y huesos.
Un abrazo, mi querido amigo.