viernes, 23 de septiembre de 2011

El día que dijimos sí


Señores políticos prohibicionistas: en mi país, que es el suyo así les joda, robar es un delito penado con cárcel. Ustedes -Mas, Durán y compañía- están en la poltrona amparados en una Constitución cuya principal premisa es la libertad del individuo, el derecho a decidir. Una Constitución que nos instruye en la igualdad, el respeto y la tolerancia. Una Constitución con la que se limpian sus partes a base de doble moral, de hábitos fascistoides y del silencio por decreto.

En este país, que es el nuestro, ustedes nos han robado y somos nosotros quienes parecemos delincuentes. Pero son ustedes los ladrones. Ustedes. Por eso ayer cientos, miles de ciudadanos, dijimos sí. Por eso ayer cientos, miles de ciudadanos, asistimos al milagro, fuimos parte del milagro. Por eso cientos, miles de ciudadanos, nos quitamos la mordaza y dijimos sí en voz alta. Sí a los toros. Sí.

A dos días de que cierre por decreto sus puertas la Monumental de Barcelona, dijimos sí. Y fue como si se nos esponjase el alma, como si nos escociese menos la herida. Salimos del armario y dijimos sí, hartos de tanto atropello, de tanta mentira, de tan poca vergüenza, de su canallesca forma de manipular las cosas. Hartos de la utilización política, de la prostitución a la que han sometido al toro, como moneda de cambio en sus batallas con ínfulas soberanistas.

Dijimos sí a la diversidad. Sí a la historia. Sí a la libertad. Sí a la cultura milenaria que nos vertebra. Sí a la memoria. Dijimos sí a los toros. Sí, sin complejos. Sí, sin insultos. Sí, sin violencia. Desde la pasión, desde la poesía, desde el corazón.

Y por la noche, señores ladrones, me pasó algo que ustedes no podrán quitarme en su vida, porque no hay parlamento donde se negocie, porque yo no les vendo mi alma por cuatro míseros votos: quise abrazar al mundo. A mi mundo. Quise abrazar a quienes comparten mis sueños y a quienes no lo hacen pero los respetan. De eso se trata, aunque ustedes no lo sepan.

Dijimos sí. Y ahora sé que ustedes no nos robarán nunca más, porque donde unas puertas se cierran, se abren, claman, miles de gargantas, miles de almas, con una sola consigna: Sí a la libertad.

(La fotografía es de El Mundo)

5 comentarios:

De Blanco Y Azabache dijo...

Claro y alto!!. Magnífico Ana!!

Solanera dijo...

Hoy estamos de luto y funeral. Aunque puede que no sea nada de eso, sino el advenimiento del GRAN DIA, primer día, hacia el resurgir de una Fiesta a la que abandonamos entre todos, y qué como víctima propiciatoria ha tenido al Toro.
Te envio este fragmento.-

Me quieres dejar sin vida,
solo para salvarme la muerte.

La mía, la de mis vacas,
mi dehesa y mis hermanos.
Aires de “no sé” que tiempos,
de mal progreso señuelos,
y ecos de, esa, tu libertad;
que niegas a los demás.

Me quieren en el cortijo,
también me quiere la plaza.
El mundo entero me ama.
Un poeta a quién afrentas,
“castrado del alma”, te llama.
Me quiere bravo, manso,
noble o fiero.
Castrado del alma,¿tú me quieres?
Te pregunta el Toro.

Solanera

Félix dijo...

Solo una palabra: ¡¡SI!!
Cordialmente,
Félix

Foro Taurino de Zamora dijo...

¡¡ NO PASARÁN!!

ALFONSO dijo...

Creo que han ganado una batalla, pero no la guerra dicho en terminos militares. Yo creo que el recurso al Tribunal Constitucional sera favorable aunque tarde y más de un catalan puede empezar a pensar en que lugar vive si otros catalanes tienen que ir a ver festejos taurinos a Francia ó regiones limitrofes. Yo si fuera catalan iria a todos esos festejos con una bandera catalana y la siguiente frase escrita: Soy catalan y no me dejan ver toros en mi pais. A lo mejor mas de un catalan empieza a pensar que esta decision no es muy democratica y empieza a cuestionarse en que manos estan. Empiezan prohibiendo los toros y mañana quien sabe.Lo mas grave para mi es que en España ya no todos somos iguales. Unos para ver toros tienen que irse lejos de su residencia.