martes, 10 de agosto de 2010

Inmensidad siempre


La pana como el surco sobre su piel, como la tierra entera ofreciéndose sin guardarse nada, madurando la promesa de nuevas cosechas, vino macerado en seda.

La mirada apuntando a lo alto, acaso sin saberlo, fundida en el sueño de los ojos abiertos, en el milagro rasgado desde la humedad de las tripas a la claridad, que todo lo limpia.

La puntilla blanca chorreando en luz, entreabierta al milagro, como si del pecho necesitase escapar el aire, humo de tabaco que asciende a lo perfecto desde lo perfecto, labios sin besos besando al mundo liado en un capote tabaco y tabaco. Garganta sin agua erguida como un tronco milenario, nuez prohibida, intocable, conjugada en masculino, aliviando toda la sed.

Morante en blanco y negro. Morante placer y silencio, abotonando la vida al milagro, perfecto en lo casual de la pose, pana y oro invisible en el ruedo de las sombras, majestad coronada por el fieltro, inmensidad siempre.



(La foto, que todo lo dice, que todo lo provoca, es de Carlos Núñez, compañero y amigo)

7 comentarios:

Lamborghini dijo...

Sonríen las vírgenes Sevillanas
mirando su corazón de blanco terciopelo...
Recamado de oro...
manos puras volved a elevaros hacia el azul celeste,
como claveles sangrantes de mi alma...
Chorreras blancas que absorben...
Risas de niños morenos, y miradas de pecado...
Morante... joder Morante!!!

Luz blanca que sujetan en sus alas...
tus manos berrendas en blancas palomas...
A volar hacia el sol me envías...
Entre tabaqueras al oreo y arrieros curtidos...
soñando quimeras toreras...
Entre humo de tabaco y oro...

Colorao en crespones de Arte...
en el que se ocultan entre tus manos de seda y oro...
Mis sueños y los sueños del torero...
Unas manos que a mis palabras las deja huérfanas...
entre tus dulces panales de ilusiones...
Color colorao que en tu seno encierra...
El alma que hiere la desventura...

hoy estoy fatigado,
anoche se acabó la fiesta de mi tierra...
pero deseo volar hacia tus alturas,
Porque allí arriba, debe estar lo que yo tanto he amado...
Siempre tu colorao en berrendo merece el indulto...
Y tú, maestra de sueños toreros, la puerta del príncipe.
Un abrazo, en blanco y negro.

Ana Pedrero dijo...

Los cristales de tu reino se me clavan como alfileres que no duelen en el pecho, Ignacio. ¿Y ahora yo qué digo?

Un beso. Y GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS. Cuando encuentre las palabras, hablaré.

Otro beso. :)

sentimientos y locuras dijo...

Oleeeeeeeeeee

Anónimo dijo...

Oleeeeeee y más. Ana deberías hacerle llegar tus escritos al Maestro, aqui se respira morantismo por los cuatro costados.

Ana Pedrero dijo...

José Luis: Olé tú!!! Siempre, siempre, siempre..... :)

Anónimo: no creo que el MAESTRO tenga tiempo para leerme. A mí, con soñarlo así, inmenso siempre, me basta. Gracias, igualmente: por leerme y por tus palabras. :)

El Coronel dijo...

Ya lo dijo José marce en una entrevista: "Morante es el unico actual que tiene perfume"
Besos
Salud

Ana Pedrero dijo...

El único, Coronel, el único. Amén Jesús.