miércoles, 18 de agosto de 2010

Palosanto y oro





Me han contado que en el cielo no cabía ni una estrella más. Que la noche se posó suavemente sobre el albero, como cuando bajan las golondrinas las tardes en que Morante deslumbra al mundo con su capote. Que la emoción de los tendidos sólo era comparable a cuando sale el Cristo Jesús del Prendimiento por el barrio de Santiago, el más gitano, el más flamenco, cuando llegan los dias de Pasión. Que se barruntaba la locura, como cuando Rafaé pisaba el albero en majestad, mágico, misterioso, y se abría de capote para mecer al toro por bulerías, a compás, acariciando.

Me han contado, o lo he soñado, que en Jerez, tierra adentro, el mar se adivinaba como si fuese la tierra misma, besando las orillas de las barricas y los vinos dorados, lamiendo las heridas de todos los tiempos; que soplaban en silencio aires de levante y de poniente, que las olas atlánticas empaparon de sal las almas hasta los tuétanos y más allá, entre dos aguas siempre; que la brisa se trajo desde la Isla el susurro de Camarón por los aires; que las palabras dejaron de ser palabras y la música fue el verbo, el principio y el fin, los cantes antiguos, los cantes nuevos, los acordes, los arpegios no inventados, uñas arañando, rasgando las tripas dibujando el punteado, el latido, la noche en lo alto, el infinito, la nada.

Paco de Lucía, palosanto y oro, bordón en azabache,toreaba al mundo sostenido en seis cuerdas, convocaba al milagro sobre el ruedo jerezano, agosto quebrándose por la cintura, asomado, vencido, desparramado en el albero como la sangre que llama a la sangre, como los aceros a la muerte, como un verso, como un prodigio. Me han contado que en cielo no cabía una estrella, lleno de no hay billetes, puerta grande, gloria, eternidad.


(La foto es de www.jerezjondo.com)

2 comentarios:

Pablo García-Mancha dijo...

Guapísimo, Berrendita, cuánta envidia y cuánta nostalgia.

¡Viva tú!

Ana Pedrero dijo...

Tú más!!!! :)))