domingo, 31 de mayo de 2009

Hermanos


















El torero mira su herida, donde confluye la mirada de su hombre de brega, parapetado en un capote al que se aferra con la mano derecha rabiosa mientras la izquierda se levanta en el aire, planeando sobre el instante, sorprendida, dispuesta para la caricia si falta hiciera.

Salvador Cortés mira su herida. Luis Mariscal, al quite, dibuja barreras de seda que le guarden las espaldas un pasito por detrás.

Hermanos en sangre. Hermanos de sangre. Hermanos.

(La foto es de Juan Pelegrín, que me puso en suerte para este comentario. Gracias)

1 comentario:

Lamborghini dijo...

Entre tú y yo esa herida que nos duele...
Mi querido hermano, se va mi sangre por tu herida...
Mi querida hermana, se va mi palpitar por tu pluma...
Yo te abrazo como abraza a la isla el mar... como el aire a la tierra...
Mi sangre lleva tu sal y mi sal tu sangre...
Mi tinta tu sentir tu tinta mi pasión...
Tu corazón mi latido...
Y aunque te miro desde lejos... casi puedo tocarte...
Salud Berrenda en pureza...